La utopía está en el horizonte
y yo sé muy bien que nunca la encontraré
Por este mar sombrío
de abismal soledad, vamos remando
hacia un puerto sin faro, noche adentro, sin luna.
De tanto edificar inútilmente
este triste andamiaje de un corazón sin rumbo
que no supo entregaros su cosecha más íntima,
he aprendido a sufrir entre los surcos,
donde un día sembrar mis promesas,
ahora prisioneras de sí mismas
que intentan construírme la estatua de mis
sueños.
Vislumbro en el envés de tus alcores
palomas de granizo, bosques de soledumbre,
un horizonte gris donde quisiera
algún atardecer hacerme nube.
Autor: Luis García Pérez
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